Todo cuanto es posible negarse es mentira. Solo cuando has negado algo hasta llegar al verdadero extremo de la negación (un punto que pocos se dan el gusto de conocer) y aún así, vence por su peso una verdad frustrada, abatida y cercenada, es válido aceptarla. Para quien lo haya experimentado, sabe su precio y la afirmará ahora con la misma terquedad que implicaba en negarla primero. BIENVENIDO AL REVIEW

Monday, July 14, 2008

Carne y Tele

Es que es mal y cura la carne.

No es buena demasiada tensión,
toda tensión hay que sacarla.
O meterla.

Una relación sin carne no es relación,
es una exposición, es un sermón o una misa.
Una relación sin carne es una comida sin agua.

Es como la radio y no como la tele, que es plena.
Incluso la gente prende su tele para no verla,
a veces solo la escucha y no por eso prefiere la radio.

Porque la radio es como la relación sin carne
y la relación con carne es como la tele,
que a veces se ve y a veces no
y aunque no la veas ahí esta,
prendida enseñando sus cosas.

Te la imaginas con solo oirla,
la saboreas casi como si la vieras,
y si no lo resistes más, corres a ella
y ahí está siempre: Mostrándose,
confirmando lo que dice.

Y no puede cansarte la carne,
porque la carne en una relación nunca te cansa.
La carne es como una novela en la tele,
que es la misma y a la vez no se repite.

Puedes saber que va a pasar
y aún así la ves, porque es tuya.
Es tu novela y la quieres ver todos los días,
solo por si llega a sorprenderte;
y aún si no lo hicera, no sería tiempo perdido.

Pero la carne sin relación es la muerte,
es la desesperación del facto sin la certeza.
Es como tener la tele muteada,
es tener y no tener.
Es no saber.

Solo la gente en los bares no escucha la tele,
porque beben y se embriagan, no están en sus cuerpos.
Especulan y a la vez desinteresan,
porque aunque ven, no saben,
aquello no es suyo y no los quita ni les da,
les entretiene, no les tiene.

La relación y la carne van juntas.
Una relación con carne es como una novela en la tele.

Monday, April 03, 2006

Back2Basics

Como cada viernes, me dirigí a casa saliendo de la oficina. Llevado por el hambre y mis pies, hasta el departamento en el que vivo, subiendo al último piso, entrando y empacando. A pesar del par de horas de retraso, cometí la rutina un día más. Perdí mi ride, así que no tuve que esperar, salí en cuanto tuve el equipaje completo. Olvidé comer.
Salí caminando con la mochila de diario en mi espalda mas una bolsa plástica con 4 pantalones sucios, una maleta con ropa más ropa sucia, una pequeña zapatera (con zapatos, por cierto, sucios) y un portaplanos con un par de posters. Para cuando pensé tomar un taxi ya estaba en la parada del bus. Hacía mucho que no me subía al bus que va a la terminal. Entre baches y la familiaridad de la ruta, recordaba que durante por casi 2 años tomaba ese bus hasta la central para ir a mi escuela en Celaya, a unos 50 kms. de Santiago. Con la devoción y la constancia de un atleta, hasta la terminal, en lo alto de la puerta B al final de la pendiente, dejando la maleta en el suelo, balanceando el resto del equipaje en mi espalda y hombros, la misma mano que entregó el dinero recogió el boleto y guardó la cartera. Me sentí un estudiante de nuevo: más allá de la mochila y el portaplanos, el que aprende a vivir con lo más básico, "Busca lo más vital ©", encuentra que aquello que no produce una satisfacción es un gasto y una trivialidad. No hay renta, no hay agua ni luz. Pero sobre todo, se da el lujo de decir "aún no me hace falta".
De pronto me sentí tan atado al suelo como lo pude estar con mis 70 kilos y maletas: me invadió una irradiante sensación de conciencia, solo comparable al despertar de las mañanas (y en todo caso, no de todas las mañanas). La individualidad de mi asiento, de mi autosuficiente capacidad de cargar con mis maletas, me llenó de seguridad y despreocupación. Estresado en hacer lo que sin hacerse se hace, olvidé hacer lo que ocupo y que nadie hará. Como habiendo estado absorto en el sistema operativo, aún sin programas instalados, ahora recuperado de un error grave, con un nuevo procesador dual, los iconos visibles, el screensaver desactivado y la conexión reestablecida con el servidor.
A lo largo o corto del año, experimentando cambios repentinos, deseados e indeseados, todos para bien (dicen siempre son para bien), desconectado del año pasado como de los lugares, rutinas y personas; reconectarme con el antaño, retomar en el punto abandonado no para volver, sino para medir la distancia, para ver que aún sigo siendo, que no dejé de ser, que ahora no soy diferente, que me perdí y que en realidad nunca me abandoné, que solo estaba ahí, escondido, viéndome y burlándome de mí, corriendo sin pedirme detener hasta que como cada viernes...

© Walt Disney Pictures

Tuesday, November 29, 2005

La prosperidad es la madre de todos los vicios

No hay peor tragedia que la prosperidad: produce el estancamiento. Sin duda la adversidad es campo fértil para la creatividad, el crecimiento y el progreso.

Sin embargo, no se puede dejar de ver a la prosperidad como una etapa más de un ciclo. Suele degener en estados retrogradas, lo cual de pié a una nueva etapa creativa. Cabe mencionar que mi referencia es mayormente hacia temas de diseño, música y arte. Mi más claro ejemplo es la década de los ochentas en la sociedad estadounidense: una etapa de hedonismo sobre la cual grandes vicios fueron fundados. El avance tecnológico y la ilusión de poder le dieron al hombre la fantasía de un "the future is now" que no fué fácil manejar. Surgieron diversos géneros hastiados de una satisfacción no plena, tornándola en compulsividad. Al explorar las corrientes más venenosas, se fueron creando estilos cuya mayor trascendencia fué el escarmiento.

El caos se genera cuando el hombre sale de su estado natural y se somete a la artificialidad. El balance se rompe, se pierde la coherencia y el raciocinio entra en conflicto con la voluntad. Si bien, este estado adverso es molesto, representa la oportunidad de conjugar oportunidades de crecimiento. Hay personas que vivimos molestas todo el tiempo, hemos estado tan acostumbrados a vivir intranquilos que la tranquilidad misma nos produce intranquilidad. Ese debe de ser el estado natural de un ser creativo, la intranquilidad.

La década de los noventas generó individuos sensibles del caos que produce la prosperidad y revolucionó tempranamente las corrientes (con la tranquilidad que dá aceptar que no se puede estar tranquilo) que filtraron los vicios y placeres hedonistas que los ochentas volcaron sobre ellos, armonizando el hastío del avance tecnológico con la naturaleza humana, convirtiendolo así en extensión de su misma naturaleza y no en un agresor, una adicción o un vicio.

Aquí viene de nuevo: retrograda necesidad de saturar una canción de inhumanidad. Espero intranquilo (como siempre) que termine este retro ochentero, no por que no lo disfrute, sino más por la necesidad de saber si el retro noventas será el refrito de la elocuencia noventera o será fruto de la necesidad de ponerle fin al cíclico incesante progreso-adverso que se ha venido revolcando durante los últimos 20 años.

Wednesday, October 05, 2005

Akire tesis:
EL TREN

Atascados en una relación viciada, mi amiga y yo comenzamos a buscar la explicación de porqué no logramos salir del mismo patrón de conducta. Muchas teorías salieron a relucir. Ésta es una de ellas:

Sabes lo dificil que es para mi dejar de hablar con analogías y acertijos.

La situación podría compararse con la de un viajero que aborda un tren con muchos desconocidos, con temor, ansia y muy poca certeza sobre a dónde y cuánto tiempo durará su viaje. Toma un lugar en el vagón, otro y otro hasta sentirse cómodo con los que viajan a su lado. Algunos cambiarán de asiento, pero al final todos estarán sentados. A la larga, se convertirán en amigos, en ocasiones se enamorarán (del vagón o de la gente que viaja en él), se pelearán, se decepcionarán, pero no podrán bajarse mientras el tren esté en movimiento. Aprenderán lecciones que les ayudarán como persona y les harán crecer.

Las vías los llevarán hasta una estación a la que todos van, por la que todos han abordado en un inicio. Pero algo inesperado sucederá al llegar a esa estación:

1.// Muchas de las personas que viajan en el tren se negarán a dejar ese vagón, aferrándose a sus asientos, su ruta y su gente. Esa gente no recuerda porque subió a ese tren, no recuerda su sueño de llegar a aquel destino final y se quedarán ahí, en ese vagón, viajando a través de la misma ruta durante años, con la misma gente que tampoco dejó el tren, hablando de los que si lo hicieron y viendo pasar a muchos otros que parten y llegan de una estación a otra.

2.// Algunos otros se bajarán para seguir a sus seres amados, tomarán un tren que no los llevará a su destino, sino al que su acompañante eligió. Seguir cerca de él y asegurarse de nunca ser olvidados se convierte ahora en su ilusión. Quizá no lo sepan hasta que vean que a donde han llegado es un lugar desagradable para ellos, al cual no decidieron ir y en el que sufrirán al verse infelices entre la felicidad de quienes abordaron con honestidad aquel vagón cuando debieron hacerlo. Terminarán solos en un tren que los aleja de su destino.

3.// Aquellos que toman el tren rumbo a su destino son muy pocos. No mirarán con tristeza el viejo tren, sino con alegría; recordaran el viaje pero seguirán su camino y se alegrarán al ver como cada quien tomó el siguiente.

Friday, September 30, 2005

Portrait

I almost know her:
In her mouth she has mint liquor instead of saliva,
her sweat is the one perfume I want to wear,
all that she hasn't touch doesn't exist
& darkness around don't let me know
if my eyes are still closed or open when she's gone.
My girl & mistress stole my imagination to become alive,
never die as long as I want her to survive.
She does what she says,
& decides what I must know,
the rest is to trust her,
she never fails, though she may fade.
Wind is sewed to her hair.
She wears sunglasses for sorrow when she wants a kiss
& pull her hands backwards for distract me not
with the color that her fingers paints when she touch me.
She carries our both sadness
& found words to describe it
but they haven't been speaked before:
to have always a tear ready to fall
seems to be the best word to show she's frightened.
Doesn't need any help,
just someone to be there to take turns to live.
Brakes rules & leaves at morrow.
Always returns when I get dozed.
I guess she doesn't miss me when I'm awake,
she doesn't spent as many time I do in thinking of it,
perhaps she don't remeber what she dreamt
& lives as happy as I go to sleep.

Retrato
Casi la conozco:
Su boca lleva licor de menta en vez de saliva,
su sudor es el único perfume que quiero usar.
Solo existe lo que toca
y la oscuridad a mi alrededor no me permite saber
si mis ojos estan cerrados o abiertos cuando no está.
Mi niña y amante robó mi imaginación para poder vivir,
no morirá mientras quiera que sobreviva .
Hace lo que dice
y decide lo que he de saber,
debo confiarle el resto,
nunca me falla, aunque desaparecerá.
El viento va cosido a su cabello.
Usa lentes oscuros apenada cuando desea un beso
y pone sus manos atrás para no distraerme
con el color que sus dedos pintan al tocarme.
Carga con la tristeza de ambos
y ha encontrado palabras para describirlo,
pero no han sido pronunciadas aún:
tener una lágrima siempre lista para caer
parece ser la mejor palabra para mostrar que está asustada.
No necesita ayuda,
solo de alguien que esté ahí para turnarse al vivir.

Rompe las reglas y se va a la mañana siguiente.
Regresa siempre en cuanto me duermo.
Creo que no me extraña cuando está despierta,
o no pasa el tiempo que yo pensando en ello,
quizá no recuerda lo que soñó
y vive tan feliz como yo sueño.

Tuesday, September 20, 2005

Fury makes this world go round

Ya no me sorprende que el motor de los logros más grandes sea la furia. Lo considero una especie de amor, la más natural quizá, amor eufórico. Como todo en la vida del hombre: lo que priva de la racionalidad es lo más apegado a los instintos, las necesidades básicas, lo auténtico de la naturaleza animal, que a su vez produce las satisfacciones más plenas y siempre es aquello que se reprime. La racionalidad puede convertirse en una jaula.

Hacia lo instintivo se dirigen los mensajes de consumo: la victoria, el sexo, la jerarquía, el elitismo, la democracia, la supervivencia. Ya casi no hay comunismo tácito, pero el implícito nos está comiendo la libertad de consentir nuestros institnos.

Aún cuando nos lo han enseñado durante toda nuestra vida, no soportamos darnos cuenta de que solo somos bellos copos de nieve, únicos y diferentes mientras caemos del cielo, el destino es llegar al suelo y volverse uno con el resto, ser barridos, pisoteados y derretidos por la primavera. Y está bien, es la naturaleza del hombre no aceptarlo. La tolerancia, la conciencia social, la modestia, la sumisión y la obediencia no traen el bien para las mayorías, sino por el contrario, frustran los móviles inherentes al ser humano, como la supervivencia o la posición, la vuelven homogenea e incluso prolongan el abismo que separa a las clases, pues siempre llevan consigo una minoría (cada vez mas mínima) que se favorece (y cada vez más favorecida).

Negar la naturaleza del hombre parece ser la nueva naturaleza del hombre.

Mientras alguien esté furioso, no podrá quedarse quieto. El desamor produce furia y conozco más rolas dolidas que lozanas de amor. La frustración produce furia y escucho más quejas que buenos comentarios. La locura produce furia y las locuras hacen que este mundo de vueltas.

La furia es natural, efectiva y gratuita. Canalizada, produce resultados positivos. Me gusta hacer las cosas con furia, casi siempre traen resultados innovadores y con poco rango de error.

Thursday, September 15, 2005

Opinión pública
Cuánto alcance,
poder imaginativo de tanta masa y mentes.
Tan voluble e indestructible,
tan sutil y poderosa.
Cuerpo vivo hecho de mil millones,
que se mueve en mil mentes como en una sola.
Fenómeno de mil bocas
hambrientas todas, ingratas todas.
Opinan mucho sobre pocas cosas.
Ignoracia múltiple por todos solapada
en verdad ficiticia por la mayoría creada.
Cada día en cada hoja de un tabloide,
cada noche en la pantalla del televisor
o en la fracción de celuloide
que infecta de un producto no nocivo
sin sentido, sin olvido a veces,
sin ser pedido, pero tan corrupto
como su fin último:
Opinión pública tergiversada
opinión mal lograda,
reinventada, a placer manipulada,
revolvida o más bien revolcada.
Siento mucho el no poder ilusionarte.
Siento poco el saber que no te importa
que si es o no tu estandarte
valer igual tu voto que una torta.
Pero fuerza igual de poderosa
no la quiero, pero tengo que saberte maniobrar,
manipular a veces en productos
que no importa que comprares
mientras se lave en su mente mi verdad.
Responsables comunicadores
de oficio y de prestigio
y de no lograr alimentar las bocas
de quienes mueren de hambre,
sino del que prefiere comprarse
un tabloide o colgarse del cable o de un alambre.

Salir de la cama el 09.15

Cada mañana, antes de salir de la cama trato de visualizar lo que tengo que hacer hasta el punto en que pueda considerarme oficialmente "despierto" (cada minuto que se pasa fuera de la cama sin un objetivo es tiempo de descanso perdido). Hoy, quince de septiembre, me topé con un problema al decidir que ropa ponerme. No se cuanto tiempo pase en la cama, quiza una hora, quiza me dormí y volví a despertar sin respuesta a mi pregunta: ¿qué chingaos voy a ponerme?

Inevitablemente e inspirado por el sopor de la modorra de las 9.00 hrs. por mi mente desfilaron cual pasarela, los distintos modelos con los que me iba a topar hoy: que el indio asi, que la india asá, que la china poblana, que el guarache y uno que otro mexican cowboy, etc, etc, etc.

De antro el otro día, una amiga me comentaba que al menos ahora, la moda en México iba a concordar con el dogma ochentero tan en vogue últimamente, que realmente no era un retro, sino que México aún vivía sus ochentas por primera vez. Ojalá así fuera. Pero digo si temor: la identidad del mexicano se quedó en los primeros 50 años del silgo XVIII + lo que la Revolución tuvo que dar. Todo intento que ha habido por rescatar la identidad nacional hacia el final del siglo XX y principios de éste ha sido en todo aspecto retrógrada. Ok, exageré, en casi todo aspecto. Social, cultural y políticamente, México es famoso mundialmente por clichés de imagen que antes de ponernos a pensar, nos ofenden. ¿Porqué nos ofenden?, ¿Son falsos?, ¿Cuál es la realidad?. Miro con celos paices que han crecido con su identidad y la viven de manera cotidiana sin necesidad de vestir de suecos, toga, kimono, penacho etc. (aclaro: no describo un solo atuendo, es cada prenda según sea el caso). Ejemplos claros como el de los grabados de Posada por ejemplo, La Khalo, hasta el diseño de Lance Wyman (sin ser 100% mexicano), la música de los Tacvbos (más recientemente, porque antes si era como un viaje en chalupa por Xochimilco) pueden ser claras evoluciones de identidad mexicana.

Me gusta este pais, no lo podría negar, tiene algo. Quizá por eso no puedo dejar de reflexionar al respecto. Quizá es como comentaba con otra amiga ayer, mientras negociaba con ella que me mandara una fotografía de sus quince años, disfrazada de pastel y ella (en el estira y afloja) ofreció satisfacerme mostrandome sus raices comunistas en sus fotos de la infancia. Las raices hacen fuerte a una flor, pero su belleza se mide por lo que sale del suelo. El morbo de querer medir la belleza de una flor por sus raices es demasiado. Sería como querer verle los chones.

Al final, sali de la cama por otros motivos: deje el refri descongelando y el charco crecía en mis sueños mientras me ponía la misma ropa que me puse, no se, el lunes.